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Visita a Down España

Chile apuesta por el Empleo con Apoyo

Representantes de entidades de síndrome de Down chilenas visitan España para conocer e intercambiar experiencias sobre esta modalidad de inserción laboral para el colectivo.

En el objetivo de conseguir el mayor nivel de autonomía y vida independiente de las personas con discapacidad intelectual, la obtención de un empleo supone un paso fundamental.

Por eso, la visita de Irma Iglesias, presidenta de DOWN 21 Chile; Loreto Márquez, coordinadora de regiones de DOWN 21 Chile; y Uberlinda Astorga, de DOWN 21 Chile; y Juana Lillo, directora del Colegio Especial Armonía (que implantará programas de Empleo con Apoyo de manera pionera en el país), ha estado orientada a conocer de primera mano e intercambiar opiniones sobre el Empleo con Apoyo. Se trata de una modalidad de empleo orientada a la inserción laboral de las personas con discapacidad, ofreciendo los apoyos necesarios, dentro y fuera del entorno laboral, para conseguir la plena inclusión del trabajador en el puesto. Se cuenta para ello con la figura de un Preparador Laboral, que ofrece al trabajador con discapacidad el apoyo necesario para su adaptación.

Tal y como reconoce Irma Iglesias, “en Chile aún existe mucho desconocimiento sobre el Empleo con Apoyo, y no hay claridad en el rol del preparador laboral”. Una situación que se espera que cambie, ya que, según Iglesias, “se ha visto un claro interés desde la administración pública”.

Para lograrlo, el estado debe adaptarse a los nuevos tiempos, porque como recuerda Iglesias, en Chile “no existe una normativa que lo regularice. Aún se cree que las personas con discapacidad intelectual deben trabajar en talleres protegidos, y la ley chilena estipula que en el caso de contratar a personas con discapacidad, el sueldo puede ser el que convengan las partes... o simplemente no tener sueldo”. Por eso Iglesias reclama “una ley clara en cuanto a exigencia de contratar a personas con discapacidad, de acuerdo al número de trabajadores y beneficio tributario”.

Y es que, “en Chile todo lo relacionado con la discapacidad tiene todavía un cariz caritativo y no de derecho”, reconoce la presidenta de la entidad, al tiempo que afirma que “estamos trabajando para que esto cambie, y no pararemos hasta conseguirlo”.

La presidenta de DOWN 21 Chile, organización que lleva dos años impulsando este método, pone como ejemplo de éxito “la apertura que nuestra entidad logró en la contratación de personas con síndrome de Down en el Congreso Nacional”.  Una muestra de que “el Empleo con Apoyo es la fórmula que mejor da respuesta a las personas que históricamente han estado excluidas del trabajo en empresas ordinarias”, afirma Iglesias.

En palabras de Juana Lillo, directora del Colegio Especial Armonía, en Chile se está trabajando en este modelo “porque se hace frente a la inclusión laboral de forma integral: contando con el joven, la familia y la comunidad”.

Lillo agradece este tipo de visitas, que les permiten conocer otras realidades donde el modelo está más asentado, como en España, donde “DOWN ESPAÑA es un referente  de éxito en este tema y su experiencia nos sirve para poder implementar el Empleo con Apoyo de una forma segura, realizando las modificaciones de acuerdo a nuestra realidad, pero tratando de realizar este programa lo mejor posible”.

La familia y la empresa

Para Lillo, el trabajo que deben hacer las entidades con el entorno familiar es sumamente importante. “Se debe convencer a los padres que la persona con síndrome de Down debe tener su propio proyecto de vida y que el trabajo es una de las vías para lograrlo” dice. Es una labor compleja, ya que “a los padres les da miedo que entren al mundo del trabajo, por  considerarles muy vulnerables”, y reconoce que en Chile muchas familias “prefieren acceder a la pensión asistencial que da el gobierno”.

Una opinión que refrenda Irma Iglesias, al comentar que “nos encontramos con familias que creen ser dueños de la vida de sus hijos, impidiéndoles trabajar”. Por ello, para ella “una buena estrategia es que las propias personas con síndrome de Down den su propio testimonio, que sean ellos mismos quienes demanden su derecho a trabajar”.

Otro frente es el del mundo empresarial, que aunque en Chile “está abierto a contratar personas con síndrome de Down, sigue viéndolo como un favor. Falta crear conciencia del significado de responsabilidad social”, dice Iglesias.

El cambio de un modelo laboral basado en Centros Especiales a otro orientado al Empleo con Apoyo en empresas ordinarias “debe comenzar desde los proyectos educativos”, asegura Lillo. Para ella, “la preparación para lograr una vida autónoma y con trabajo ordinario debe estar en la misión y visión de cada centro educativo, y debe trabajarse desde los primeros años”.

Con estas premisas claras, Irma Iglesias reconoce que el balance de estos dos primeros años de implantación del Empleo con Apoyo en su entidad “es positivo. Somos muy optimistas, las personas con síndrome de Down se están preparando y les motiva encontrar un trabajo en empresas ordinarias”. “Tenemos muchos proyectos, como los de formación en organismos del estado”, recuerda Iglesias, para quien el trabajo es “una manera de validarnos con nuestros iguales, y debería ser también así con las personas con síndrome de Down”.

Para ello el Empleo con Apoyo es ideal, y por eso estas entidades impulsan y defienden esta modalidad de inclusión laboral.