La sonrisa con la que Marta Llanos (30) camina por los pasillos del Congreso Nacional contrasta con la seriedad que toma al sentarse en su escritorio y anotar las labores que ha hecho, a modo de registro, en unos Post-It. O con la que responde, quizás por los nervios de hacerlo bien, las preguntas de esta entrevista. Pero, definitivamente, sobresale frente a los tonos grises y negros de los ternos que transitan a diario por ese edificio, en el que personas ocupadas en vencer los grandes obstáculos de las grandes leyes los llevan encima, mientras en una oficina del segundo piso de la Cámara de Diputados ella, una joven viñamarina con Síndrome de Down, solo busca vencer sus propios miedos y límites trabajando.

Marta estudió en la Corporación Renacer, de Viña del Mar, luego participó en Avanza Viña -agrupación de profesionales que busca promover la inclusión sociolaboral de personas con discapacidad- con el fin de prepararse para encontrar trabajo y, luego, después de que en una entrevista de trabajo le dijeran que ella podría perfectamente seguir estudiando, decidió junto a su familia cursar el Diploma de Habilidades Laborales de la Universidad Andrés Bello (UNAB), con mención en Administración.

En mayo de este año, luego de cuatro años en él, empezó a trabajar como auxiliar administrativo en la oficina de Ceremonial y Protocolo de la Cámara de Diputados. Sus labores son varias, pero principalmente trabajar en las invitaciones, regalos de visitas y correspondencia, y actualizar el panel con informaciones internas.

- ¿Por qué quisiste estudiar en la universidad?

- Porque quería estudiar mucho y quería sacarme buenas notas. Yo les dije que quería entrar a la "U" porque varios amigos querían estudiar conmigo y después quería ponerme a trabajar. Me gusta mucho lo que tiene que ver con la administración y cuando entré les dije que me iba a ir bien y que iba a sacarme buenas notas. Y me dijeron que sí.

- ¿Te imaginaste algún vez que ibas a estar trabajando en el Congreso?

- Sí, hace muchos años. Me gusta mucho estar acá. El primer día que llegué me hicieron una entrevista, tuve que venir formal, y me dijeron: "Marta, pasa", y me preguntaron qué me gustaba hacer, qué hacía... yo dije que me gustaba compartir con mis compañeros y que yo podía hacer muchas cosas. Dijeron que me iban a llamar para decirme qué iba a pasar. Luego me llamaron y me dijeron: "Marta, quedaste". Yo dije '¡qué emoción!' Lloré, mi familia estaba muy contenta, yo estaba muy, muy feliz.

Patricia Badani es la coordinadora del programa de Inclusión Laboral en la Cámara de Diputados, que nació en septiembre de 2012, y es quien guía y está a cargo de Marta. Ella cuenta que este programa nació para que personas con diferentes discapacidades mentales o capacidades diferentes trabajaran con ellos, pero además para que al mismo tiempo que se desempeñan laboralmente, vayan aprendiendo y superándose día a día en las habilidades que cada uno tiene, en la relación interpersonal y para que desarrollen o afinen su responsabilidad, talentos, profesionalismo y carácter. Hoy, este programa cuenta con tres personas con Síndrome de Down trabajando en distintas dependencias; y Marta, que trabaja a honorarios, es la última en ingresar.

"Con este programa buscamos que, además de prestarnos servicios, aprendan in situ, en una situación real de trabajo, y no solo en laboratorios donde se relacionan solo con personas en su misma condición. Pese al poco tiempo que lleva Marta, está súper integrada, ella está feliz y el ambiente en su oficina es mucho mejor", explica.

Alejandra Ríos, directora del Diploma de Habilidades Laborales de la Universidad Andrés Bello (UNAB), también explica que la carrera que cursó está especialmente diseñada para estudiantes con habilidades diferentes, y desde ahí se pueden especializar en un área de su interés. "También tenemos alumnos con Síndrome de Asperger de bajo desempeño, con Trastorno Generalizado del Desarrollo, alumnos con problemas al nacer o que tuvieron accidentes. Todos ellos comparten este programa que los forma para un oficio, dentro de un contexto universitario, con contenidos como matemáticas y otros ramos que deben aprobar como en cualquier carrera. Cuando salen, como es el caso de Marta, los ayudamos a encontrar trabajo, pues todavía no es tan fácil para ellos que las empresas se atrevan, aunque en la Quinta Región eso está cambiando".

Cuando Marta piensa en el día en que postuló a este trabajo, recuerda: "Estaba muy nerviosa porque quería quedar".

- ¿Qué le dirías a jóvenes con Síndrome de Down que buscan trabajo?

- Hay que ser valientes, tener harta paciencia y no tener miedo, no perder el ánimo.

Fuente: Pamela Boltei 

El Mercurio Valparaíso.