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Padre que se querelló contra Verbo Divino

Noah Vogel Zenteno tiene tres años y ya lo han rechazado en más de 30 colegios de Santiago. Nació en Concepción, pero a fines del 2013 viajó a la capital con sus padres, para establecerse en una ciudad con supuestamente mayor inclusión.

Este año, cansado de constantes portazos en la cara, su padre, Oliver Vogel, interpuso un recurso de protección en contra de la exclusión arbitraria e ilegal que ha vivido su hijo en diferentes colegios de la ciudad. Solamente por tener síndrome de Down.

Colegios ligados a las elites del país, como el colegio Mariano de Schoenstatt, el Saint George, el  Colegio Cumbres, la Institución Teresiana o el colegio Padre Hurtado dieron diferentes razones para negar a Noah el ingreso a los procesos de admisión. Esto pese a que los padres contaban con informes de especialistas que recomiendan la inclusión del niño en educación regular y no especial.

Ahora, gracias al fallo de la Corte de Apelaciones (el que puede ser apelado hasta el miércoles 5 de agosto), Noah Voguel podrá participar en el proceso de postulación que el colegio Verbo Divino de Las Condes abrirá en 2016.

Pese a eso los padres del niño aseguran que “el tema de la selección escolar está muy metido en el espíritu de los colegios. La autoridad dice que está asegurada la escolaridad, pero no es así. Los colegios particulares creen que están sobre la legislación”.

En eldesconcierto.cl hablamos con Oliver Vogel, el padre de Noah, para que nos contara más detalles de un largo proceso, donde “bastó que yo dijera que mi hijo tenía síndrome de Down para que todos los colegios arrancaran”.


Para leer el recurso de protección


-Fueron más de 30 colegios a los que postularon. ¿Cómo fue ese proceso de constantes negativas?

Todo partió cuando fuimos a preguntar al colegio Mariano de Schoenstatt, en avenida Holanda. Fuimos a dejar la carpeta con los papeles para la postulación, pero cuando llamé me dijeron que no tenían idea de mis papeles. Después me mandaron un mail diciendo que mi hijo no podía ir a ese colegio, porque los niños con necesidades especiales tenían que ir a cursos más tardíos. Ahí les dije que su respuesta era discriminatoria y les dije que iba a poner una demanda bajo la Ley Zamudio. Entonces me llamó el rector del colegio para pedirme disculpas.

¿Y por qué no quisiste seguir en ese proceso?
Porque sentimos que era resultado de una amenaza. Así que nos pusimos a buscar otros colegios, limitándonos a lugares que ya habían tenido niños con síndrome de Down. Y en esa búsqueda me di cuenta que no existen sistemas de admisión para niños con síndrome de Down. Y que en los colegios católicos lo hacen por caridad, si hay gente conocida o si hay algún hermano ya estudiando.

¿A qué otros colegios fueron?
Fuimos al Saint George también. Ahí fue peor, nunca me recibieron, nunca me dieron respuesta por escrito y me decían que los niños con síndrome de Down que ya estaban ahí era porque eran hermanos de otros estudiantes. Ahí comenzamos a molestarnos.

Postulamos también a todos los colegios del Opus Dei. Al Colegio Cumbres. Y ahí me dijeron que no tenían programas de integración o que no podía postular porque los cupos estaban tomados por siempre, para niños que tuvieran hermanos.

También postulé a la Institución Teresiana, de Tomás Moro, donde tienen un proceso de admisión que no es transparente, que se presta para irregularidades, porque tienen fechas distintas de postulación para niños regulares y niños con necesidades especiales. Pero cuando vas a la fecha que corresponde, resulta que los cupos ya están todos tomados.

Fuimos también a preguntar a un colegio al Regina Pacis, pero ahí no nos dejaron ni pasar la reja de entrada. En el Colegio Padre Hurtado, también. Muy simpáticos pero no te dejan postular, porque los cupos están tomados hasta el 2018… y ahí uno piensa: ¿pero cómo, el país está lleno de personas con necesidades especiales?

¿Y por qué iniciar un proceso legal solamente con el Verbo Divino?
-Es que no fue solamente con el Verbo Divino. A la Institución Teresiana, de Tomás Moro, la denunciamos por no cumplir de manera transparente con los procesos de admisión. Esa denuncia ya pasó la primera etapa y pasó a etapa de fiscalización. En el recurso de protección contra el Verbo Divino también iba la denuncia al colegio Sagrado Corazones de Manquehue, pero en el informe dijeron que igual podía postular, por lo que la Corte desestimó ese caso.

¿Y qué pasó en el Verbo Divino de Las Condes?
Ahí fue peor, porque teníamos un conocido que sabía que había niños con síndrome de Down estudiando ahí. Entonces llamé por fono al rector, que fue muy mal educado y dijo que no existía ni una posibilidad de ingreso y que solo estaban reservados para los hermanos de los estudiantes del colegio. Y ahí me mandaron un mail diciendo que en ese colegio “le damos preferencia a los hermanos de alumnos, lamentablemente no tenemos cupos para alumnos nuevos con síndrome de down”. Y nosotros postulamos dentro de las fechas. Creemos que es clara discriminación.

¿Se comunicaron contigo desde el Verbo Divino después de conocida la sentencia?
No, nadie me ha llamado y no creo que me llamen. Hasta hoy miércoles se puede apelar a la decisión de la Corte y yo creo que lo van a hacer.

¿Cuando termine todo el proceso, igual van a postular al Verbo Divino?
Prefiero responder cuando salga el fallo.

¿Crees que esto marca un precedente?
Esto no lo hicimos solo por nuestro caso en particular, sino porque hay un espacio que los niños están muy solos. A nosotros nos trataron de ayudar mucha gente y uno se encuentra con esta muralla, el tema de la selección escolar está muy metido en el espíritu de los colegios. La autoridad dice que está asegurada la escolaridad, pero no es así. Me molestó que los colegios particulares crean que están sobre la legislación.

¿Crees que podría haber discriminación para Noah si ingresa al Verbo Divino?
Pienso que cualquier papá en mi papel puede tener miedo, nadie quiere exponer a su hijo. Con esto nosotros nos hemos expuesto y ha sido un costo emocional. Pero me puse a pensar en la gente que no tiene medios económicos, o no tienen voz, o no tiene contacto. En regiones los niños con síndrome de Down no terminan la educación. Llegan a octavo básico con suerte. Acá en Santiago hay un grupo de privilegiados, que es un porcentaje mínimo de niños con necesidades especiales que terminan la escuela.

¿Y cómo está Noah?
Muy bien. Él ni se ha enterado. Tampoco lo han visto nunca. En todos los colegios bastó que yo dijera que mi hijo tenía síndrome de Down para que arrancaran.


Fuente: http://eldesconcierto.cl/